La fenología de algunas especies, como el durazno, involucra una etapa de dormancia en la cual las hojas adquieren tonalidades amarillas y caen. Para romper la etapa de dormancia e iniciar el proceso de floración y fructificación, resulta esencial exponer al durazno a bajas temperaturas, conocidas como la acumulación de horas frío.
La gran mayoría de las variedades comerciales requieren entre 400, 600 y 800 horas de frío. Estas horas frío se contabilizan a temperaturas comprendidas entre 0 y 7.2°C durante los meses de diciembre a febrero, y la acumulación adecuada de horas frío activará las yemas florales en los meses primaverales.
Fuente: Saldívar Iglesias, P. (2017). Cultivo de Durazno (Prunus persica). Universidad Autónoma del Estado de México.
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Yemas florales. A) Yema en reposo; B) Yema hinchada; C) Cáliz visible; D) Punta rosada; E) Estambres visibles; F) Antesis (Fuente: Universidad Intercultural del Estado de México, 2018).
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